El Gobierno Nacional simplifica la importación de acero y demás materiales de la construcción. Con esta medida apuntan a una mayor competitividad, que repercuta en el valor del metro cuadrado de la construcción y agilice el sector.
Por Carla Luna. Prensa Red Edificar
El Gobierno Nacional anunció la eliminación de trabas burocráticas para la importación de acero, aluminio y materiales para la construcción, con el objetivo de reducir el alto costo respecto al mercado internacional. La Secretaría de Industria y Comercio del Ministerio de Economía decidió la modificación del reglamento técnico (RT) del acero. Esto permite simplificar y bajar los costos del proceso de importación de este producto, que en Argentina es hasta un 50% más caro que el promedio mundial.
“Las aperturas de las exportaciones generan un contexto más competitivo con la intención que tengamos precios más acordes internacionalmente y generar oferta para el consumidor. Repercute positivamente en el sector. Siderar, la marca más importante en acero del país, la cual es una de nuestras proveedoras anunció una baja del 7%, que se traslado de inmediato al precio final” explica José Luis Saldaña que auguró que todas estas medidas permitan disminuir el costo del metro cuadrado de construcción que el último año duplicó su valor.
La reducción impositiva al acero y demás materiales de la construcción significan un 7% menos en el costo de la obra.
Según explica el comunicado del gobierno nacional, el 30% de las importaciones de acero ya no tendrá intervención aduanera y habrá mayor oferta, lo que redundará en más competencia y baja de precios. La medida alcanza a los principales productos de acero para la construcción como chapas (techos, cerramientos, estructuras portantes), perfiles, hierro redondo para hormigón, mallas y vigas, y tubos.
“Con respecto a la eliminación impositiva a la importación de acero y aluminio de los materiales de la construcción, creo que es un camino correcto el elegido por el gobierno para que haya más competitividad. Lo importante es que se cumplan las normas IRAM. Todos los productos importados tengan las mismas condiciones que tenemos acá. Por otro lado, pensando en industria nacional, tampoco hay que dejar tanto las importaciones porque creo habrá un desbalance financiero grande” manifiesta Manuel Prestinoni de Industrias Chirino. Cabe destacar que, las empresas deben certificar la importación de acero y materiales para la construcción con declaraciones juradas con certificaciones internacionales válidas en todo el mundo, que serán equivalentes a las del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM).
Las importaciones que ingresen al país serán certificadas internacionalmente.
La medida incluye la unificación de los reglamentos técnicos de materiales para la construcción con el objetivo de aplicar normativas comunes a esos bienes. Entre ellos: tableros compensados de madera, cemento y materiales para instalaciones eléctricas, y la derogación de los RT de radiadores de aluminio, barras y perfiles, colectores solares y sistemas solares compactos, y placas y baldosas cerámicas. Se simplifica la importación de otros insumos para la construcción como el cemento y materiales para instalaciones eléctricas y se eliminan controles arbitrarios que constituían barreras paraarancelarias a la importación de productos como placas y baldosas cerámicas, radiadores de aluminio y colectores solares.
“Hemos tenido dificultad para exportar los últimos 12 años en nuestro rubro, pero con la desregularización de este gobierno eso se terminó. Para el mercado es positivo porque hay más competitividad y bajarán los precios” aseguró Facundo Gauna, Gerente Comercial de Hipercerámico. Sin embargo, manifestó una fuerte recesión del mercado. “Hasta el año pasado había un mercado aceptable. Las restricciones a la importación condicionaban la situación, pero hoy el mercado se desinfló. Las condiciones están liberadas, pero hay una recesión fuerte. Recién estos dos últimos meses se han visto mejoras. Agregado a la importación se reduce el impuesto país. Nosotros lo actualizamos en el sistema de costo y bajaron los precios de los importados. Esa diferencia redunda entre 8 ó 9 puntos menos” agregó Gauna.
¿Qué pasa con la Industria nacional?
“La importación no afecta a la producción nacional. Es la baja de un impuesto. Esa baja se traslada al producto. Al bajar el arancel, baja toda la cadena” manifestó José Luis Saldaña. Sin embargo, algunos demostraron su preocupación por la industria nacional. “Me preocupa las fuentes de trabajo. Es importante que la industria nacional esté tecnificada para aguantar la tecnificación de otros países” expresó Prestinoni y reflexiona: “Algunos materiales como cerámicas y porcelanatos, entre otros podrían competir con el precio de China que está muy por debajo del precio que se logra acá con la fabricación nacional».
“Mucha de la materia prima que utilizan las empresas son importadas. Porque por más que la acería este en Argentina, no significa que su materia prima sea toda nacional. Entonces, esto afecta la cadena. Gran parte de su materia prima es el mineral de hierro o planquilla y ese mineral la materia prima madre es importada. Entonces en ese grado, que se han beneficiado con los aranceles a la importación lo trasladan al precio final” explicó Saldaña.
“La industria nacional necesita insumos importados y también a largo plazo les otorga beneficio pero entiendo que el impacto es menor porque tiene costos asumidos en moneda nacional” manifiesta Facundo Gauna de Hipercerámico. Si bien los productos que necesitan las fabrica pueden ser importados, deben continuar asumiendo costos de personal, impositivos, infraestructuras afectadas por los altos costos inflacionarios de Argentina.
“Este país, históricamente tiene industria y producción nacional. En determinados rubros más competitivas que otros. Creo que esta desregulación a priori puede impactar en la mano de obra. Tenemos fábricas como FV, líder en grifería, que ya tuvo que hacer suspensiones de personal por la situación de mercado, que ahora se aseveran con esta medida”, agregó Gauna.
Solo por tomar un rubro a modo de ejemplo, Brasil tiene más de 70 fábricas de cerámica contra 6 nuestras, y eso también puede repercutir aunque el flete pesa y tiene regulaciones específicas de precios y aranceles. Pero no será fácil para la industria nacional competir contra un país vecino con tanta oferta.