En un momento de máxima preocupación por el cambio climático y la sostenibilidad, el sector de la construcción busca certificaciones ambientales y transformarse hacia un modelo circular que involucre a todos los actores que participan en todo el ciclo de vida de la construcción.
Por Carla Luna. Prensa Red Edificar
Un informe de economía circular en la construcción emitido por la Cámara Argentina de la Construcción, indica que entre el 10% y el 15% de los materiales se desperdician durante todo el proceso, por lo que el sector debe avanzar en un sistema circular en el que los productos, componentes y materias mantengan su utilidad y valor máximo en todo momento, con el fin de reducir los residuos al mínimo.
Los diferentes productos se alinean cada vez más para lograr ser amigables con el medioambiente, y el ladrillo cerámico huecos industrializados y pretensado responde a una economía circular que se consolida. Son de origen natural y alta durabilidad, recuperables y reciclables. “El ladrillo cerámico premoldeado posee una economía circular, ya que limpia estanques aluvionales. Además, todos los productos que no se utilizan son reciclables, principalmente en la granza para los parques públicos”, manifiesta Manuel Prestinoni, de Industrias Chirino, líder en la comercialización en ladrillos de cerámica premoldeados en Mendoza.
Los diferentes productos se alinean cada vez más para lograr ser amigables con el medioambiente, y el ladrillo premoldeado de cerámica responde a una economía circular que se consolida.
“El sector de la construcción ha repuntado en los últimos meses, respecto a los meses anteriores y los consumidores se están orientando a volver a invertir” explica y agrega: “Como nosotros venimos de una cultura europea, el argentino es propenso al ladrillo cerámico, más aún en Mendoza donde se ha aumentado mucho el consumo, ya que es un producto térmico, sismorresistente y más longevo que el ladrillo macizo”.
A pesar del ingreso de panales y nuevas tecnologías a la obra, la principal competencia sigue siendo el ladrillón o ladrillo macizo, pese su gran cantidad de deficiencias. Sin embargo, Prestinoni asegura que es 5% más económica que el ladrillo macizo. “La mano de obra es la misma que se usa para construcción tradicional. Es un mampuesto con más tecnología, menos humedad, menos calor y menos frio” agregó.
Los productores del sector, han invertido en nuevas tecnologías robotizadas para el desarrollo de nuevos productos que tengan más beneficios para los usuarios y los constructores.
Su durabilidad es también garantía de sostenibilidad. Los materiales cerámicos tienen una vida útil mucho mayor (hasta tres veces superior) que el resto de materiales de construcción. “Además, los ladrillos huecos son termoeficientes, permiten ahorrar hasta el 40 % en la tarifa de gas y electricidad, al disminuir los consumos en calefacción y aire acondicionado”, destaca Prestinoni, quien pone en valor no solo la tecnología sismorresistente y térmica, sino también el ahorro energético. Se estima que al momento de construir la inversión en aislación térmica es solo un 2 a 3 % mayor. “Este costo adicional en el presupuesto se amortiza directamente mediante un menor gasto verificado en la compra de equipos de climatización”, compara.
Los productores del sector, han invertido en nuevas tecnologías robotizadas para el desarrollo de nuevos productos que tengan más beneficios para los usuarios y los constructores, ya que el ladrillo de cerámica implica en la construcción general, entre un 3 o 5% en la obra.